Un viaje por las primeras cuatro obras de Alfredo Sanzol, una historia de historias construida con fragmentos unidos por un denominador común: el humor, válvula de escape y punto de partida para la reflexión o la pura chufla. Todo bajo su forma personal de contar, donde “los bichos son en realidad las emociones y los recuerdos”.

«El viaje a ninguna parte» nos lleva a la posguerra española y nos enseña la forma de ejercer la profesión de cómico en una compañía ambulante. Recorriendo caminos cargados de enseres y bártulos, la obra es un merecido homenaje a las compañías que animaban la vida de nuestros pueblos con sus comedias.

Suele decirse que la política hace extraños compañeros de cama, y aquí alguien pretende llevarlo al pie de la letra. Un ministro organiza una cita privada con una diputada de la oposición aprovechando una importante cita parlamentaria, pero una camarera metomentodo, un marido celoso y otros personajes se encargarán de convertir el encuentro en una hilarante comedia.

«El viaje a ninguna parte» nos lleva a la posguerra española y nos enseña la forma de ejercer la profesión de cómico en una compañía ambulante. Recorriendo caminos cargados de enseres y bártulos, la obra es un merecido homenaje a las compañías que animaban la vida de nuestros pueblos con sus comedias.

Sara encuentra el piso perfecto, amplio, luminoso y a un precio inmejorable, pero con una condición insólita: su dueña, Lola, seguirá viviendo allí hasta el día de su fallecimiento. Lo que empieza como un trato peculiar se transforma en una convivencia inesperada donde surgen conflictos, complicidad, ternura y risas, siempre bajo la atenta mirada de un hombre que busca su lugar.

Comedia costumbrista ambientada en la España de principios del siglo XX que muestra la vida de las inquilinas de un prostíbulo, mujeres que dependen de la voluntad de los hombres más que de sus propios deseos. En medio de esa búsqueda de la felicidad en un contexto adverso, aparece un joven Pablo Picasso, que encuentra en ellas la inspiración.